En muchas ocasiones,
nos damos cuenta
de que echamos algo en falta
en las situaciones más estúpidas,
las que parecen insignificantes.
Y viene a ti
el deseo simple,
de soñar abrazado a alguien
que sepa algo de lo que eres,
que conozca lo inexplicable de ti mismo,
y no necesite comprender.
Una caricia,
una mirada bastan
para no sentirte solo
en soledad.
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